Al pie de los Alpes, en la zona de Baviera, se encuentra Fussen una ciudad medieval con un encanto especial. Es un placer pasear por el casco antiguo, entrar en las tiendas y sentarse en una de sus múltiples terrazas a degustar una cerveza del lugar.
Aunque la ciudad es muy bonita, lo cierto que fuimos allí por otro motivo: sus castillos. En especial el famosísimo castillo del rey “loco” Luis II de Baviera. Tan conocido es que Disney se baso en él para diseñar el castillo de la Bella Durmiente.
El castillo neogótico, construido en el 1866 muy cerca del castillo construido por sus padres, es un majestuoso edificio que se puede observar desde la distancia en la carretera. Íbamos con la idea de ver un castillo más pequeño y nos impresionó mucho su tamaño, situado en una escarpada montaña, las vistas maravillosas.
Luis II llego al trono con 18 años y fue un adelantado a su época que quedó reflejado en el castillo que no pudo disfrutar. Contaba con un invernadero con puerta de cristal, cocina moderna con agua corriente, luz eléctrica, un sistema de calefacción centralizada por aire caliente hasta el primer teléfono.
El cisne fue su símbolo heráldico que se puede observar en diferentes estancias como en un grifo, adornos, en el escudo, etc.…
Deciros, que tengo ganas de hacer una ruta por Alemania y en especial para fotografiar los castillos.
En Septiembre de este año 2011 recorrí Suiza casi al completo mediante unos 4000 Km en coche propio y de verdad que me fascinó. Como aperitivo de Alemania fuimos a Rottweil encontrándonos con una población fantástica en color, habitantes y paisaje.