Llegamos a Lima y recorremos Miraflores.
Al comprar el billete de bus nos habían dicho que llegábamos a la capital a las 9 de la mañana pero eran poco más de las 8 cuando nos bajamos en el terrapuerto de la compañía.
Al tener wifi buscamos alojamientos, precios y disponibilidad. Después de ver una zona donde había varios cerca, tomamos un taxi oficial por 16 soles al primer alojamiento en Miraflores.
Preguntamos y no disponen ďe habitacion doble con baño privado. Recorremos varios y lo mismo.
Encontramos un buen sitio que por 17 soles nos dieron un desayuno americano: café,zumo huevo revuelto y pan con mermelada. Nos vino bien para recuperar fuerzas y tener wifi para seguir buscando alojamiento.
Fuimos a otro que no nos gustó y de la que íbamos a otro que si tenía habitacion un hombre nos paró en la calle y se ofreció a ayudarnos. Tenía un hostal a un par de cuadras y fuimos con él. Nos quedamos con la habitación por 110 soles la noche con desayuno incluido. Las chicas muy amables y serviciales en el hostel Oro Blanco.
Dejamos las mochilas y después de una buena ducha nos fuimos a patear la zona.
Se ve claramente que estamos en una zona donde se maneja «plata»: coches de gama alta, hoteles 5 estrellas con Casino, edificios y negocios bien cuidados.
Nos acercamos a la costa y al centro comercial Larcomar que está situado justo en el barranco con vistas al mar.
Desde ahí no se puede bajar al mar así que recorremos el paseo superior hasta el malecón del faro y luego bajamos para dar un super paseo por toda la costa a ver que hay.
El paseo por arriba es bonito por las vistas. Bajamos y el paseo por abajo está más descuidado, lleno de sitios donde alquilar la tabla de surf y muuucho tráfico que estropea el disfrute de la zona.
Nos pusimos a caminar y caminar que dejamos Miraflores, pasamos por Barranco y llegamos a Chorrillos que la playa se notaba mejor urbanizado y con mucha afluencia.
En vez de volver sobre nuestros paso subimos para ir por el paseo de arriba del barranco. Pero no había paseo por lo que tuvimos que callejear hasta llegar a Miraflores.
Comimos en un KFC, la cosa más horrible que hicimos en el viaje y a descansar un poco al hotel.
Por la tarde tranquilidad, cervecita paseo alrededor del parque Kennedy y cenar un pincho de tortilla de patata en un local regentado por asturianos.
Y a dormir que el día ha sido largo y hemos caminado un montón de kilómetros.